En los últimos diez años, se han propuesto varias teorías para entender mejor cómo funciona la adicción. Antes, se pensaba que la adicción estaba principalmente relacionada con la búsqueda de placer a través del circuito de recompensa, que involucra la dopamina. Sin embargo, las ideas actuales han cambiado esta perspectiva.
Ahora sabemos que el consumo compulsivo de drogas no se trata solo de buscar placer, sino que está más relacionado con la motivación.
La idea principal del modelo de la sensibilización al incentivo (Robinson y Berridge, 1993, 2008) es que cuando una persona usa drogas repetidamente, puede causar cambios duraderos en el cerebro. Estos cambios ocurren específicamente en las neuronas y circuitos cerebrales que normalmente nos ayudan a identificar qué cosas en nuestro entorno son importantes y valen la pena.
En condiciones normales, este sistema cerebral nos motiva a buscar cosas que necesitamos o que son buenas para nosotros, como comida o logros. Sin embargo, cuando una persona usa drogas una y otra vez, el cerebro puede empezar a cambiar y adaptarse de manera que las drogas se vuelven extremadamente importantes.
Estos cambios, llamados neuroadaptaciones, hacen que las drogas se conviertan en una prioridad para el cerebro. Entonces, cuando una persona piensa en las drogas o las ve, su cerebro responde con mucha energía y motivación para conseguirlas. Este proceso es clave para entender por qué las personas se sienten tan impulsadas a buscar y consumir drogas, incluso si saben que es perjudicial.
El modelo menciona dos conceptos importantes: “liking” y “wanting”.
Liking (gustar) se refiere al placer inmediato que se siente al consumir una droga. Es la sensación de disfrute que la droga produce.
Wanting (desear) se refiere a la motivación y deseo de buscar la droga. Es la necesidad intensa de conseguir la droga, que puede persistir incluso cuando el “gustar” disminuye.
Cuando una persona usa drogas repetidamente, los cambios en el cerebro pueden hacer que el “wanting” se vuelva mucho más fuerte que el “liking”. Esto significa que la persona puede seguir deseando y buscando la droga intensamente, incluso si ya no la disfruta tanto como antes. Este desequilibrio entre “wanting” y “liking” es una parte crucial de la adicción.En síntesis, el modelo plantea cómo el uso repetido de drogas puede reprogramar el cerebro, haciendo que las drogas se vuelvan una necesidad urgente y difícil de resistir.
Bibliografía:
Documento de Consenso para el Abordaje de las Adicciones desde las Neurociencias, 2009. Sociedad Española de Toxicomanías.
Sobre el autor